El juez colombiano Gustavo Zuluaga Serna fue una figura destacada en la historia judicial de Colombia, especialmente durante los convulsos años en que el narcotráfico ejercía una influencia desmedida en la vida política, económica y social del país. Su labor se hizo notoria por haber señalado a Pablo Escobar Gaviria como un peligroso narcotraficante, cuando muchos aún dudaban del alcance real de las actividades ilegales del capo. Esta determinación y valentía contribuyeron a visibilizar los nexos oscuros de Escobar, así como a alertar a la sociedad y a las autoridades sobre la magnitud de sus crímenes.
Zuluaga Serna nació en el municipio de El Santuario en 1932 en el seno de una familia comprometida con el servicio público. Desde joven, se interesó por el derecho y la justicia, movido por un profundo sentido de la ética y la responsabilidad social. Al graduarse como abogado, decidió hacer carrera en la rama judicial, convencido de que la lucha contra la impunidad era la mejor manera de salvaguardar el orden y la institucionalidad. Con el tiempo, su integridad y capacidad profesional lo llevaron a desempeñarse como juez en varias regiones de Colombia, ganándose el respeto de sus colegas y la confianza de la ciudadanía.
Durante la década de 1980, cuando el narcotráfico experimentaba un alarmante crecimiento, Zuluaga Serna se encontró en la posición de investigar a personajes relacionados con actividades ilícitas. Fue entonces cuando la figura de Pablo Escobar comenzó a surgir con fuerza, apoyada en la enorme fortuna que provenía del tráfico de cocaína. En un entorno marcado por la intimidación y la violencia, el juez Zuluaga Serna supo mantener su independencia y determinación. A pesar de las presiones y amenazas, siguió adelante con las investigaciones que revelarían la verdadera naturaleza delictiva de Escobar.
Uno de los momentos más relevantes de su carrera ocurrió cuando presentó evidencias que mostraban cómo Escobar lideraba una compleja red criminal responsable del tráfico de grandes cargamentos de droga. Aquellos hallazgos, sustentados en pruebas documentales y testimoniales, ponían de manifiesto la peligrosidad del capo y su influencia en distintas esferas de la sociedad. Para muchos, la postura firme de Zuluaga Serna representó un hito, pues dejó en claro que las instituciones colombianas podían enfrentar los poderes fácticos del narcotráfico si contaban con funcionarios decididos a cumplir su deber.
La exposición de Pablo Escobar como un peligroso narcotraficante, en buena parte atribuible a la labor de Zuluaga Serna, contribuyó a que autoridades nacionales e internacionales volcaran sus esfuerzos en combatir al Cartel de Medellín con mayor contundencia. Sin embargo, esta acción valiente tuvo un elevado costo personal para el juez, quien debió enfrentar múltiples amenazas contra su vida y la de su familia. El magistrado fue asesinado en su vehículo el 30 de octubre de 1986 por una ráfaga de ametralladoras que impactó contra él y su esposa Carmelita, cuando se encontraban en la Avenida Bolivariana. Su ejemplo, no obstante, inspiró a otros servidores públicos a no ceder ante la corrupción ni el miedo.
En la historia de Colombia, Gustavo Zuluaga Serna permanece como un símbolo de integridad y valentía en la judicatura. Su legado recuerda la importancia de contar con jueces decididos a desenmascarar la verdad, incluso cuando las circunstancias resultan adversas y los enemigos, poderosos. Con su labor, contribuyó a sentar las bases de una lucha más firme contra el narcotráfico, dejando un ejemplo perdurable de compromiso y honor.
Autor: ConSentido Travel